Eran otros tiempos, otra la historia. No había internet y el fax y los celulares venían recién haciendo su irrupción. Aunque 1987 no pareciera tan lejos, desde ese entonces el rugby cambió y bastante. 1987 se recordará por el año donde nace la primera competencia a nivel mundial de Rugby. La primera Copa del Mundo quedó registrada como el inicio de todo luego de 164 años de competiciones; sin una reunión global y siendo el deporte que más tardó en armar una competencia mundial, desde su invención en 1823.
Esta edición tuvo como anfitriones a Nueva Zelanda, la casa de por ese entonces unos criticados All Blacks que recibían y realizaban giras con una Sudafrica sumida en el apartheid, pero país a quienes también se le ofrecía la oportunidad perfecta para determinar en su territorio, que la jerarquía del rugby mundial estaba en ese lugar del mundo. Eran los últimos intentos para profesionalizar definitivamente un rugby que consagraría a los All Blacks como una de las camisetas más potentes y lucrativas de la historia del deporte. Y vaya que lo hicieron.
Los locales presentaron 9 sedes y contaron además con el apoyo de Australia, con dos sub sedes (Brisbane y Sidney). El evento se desarrolló durante casi un mes y al contrario de como lo conocemos ahora, no tuvo los suficientes enlaces de TV vía satélite debido al poco desarrollo en la región en ese momento, lo que significó por ejemplo, que el público en Europa no fuera capaz de ver cualquiera de los juegos “en vivo”, una locura por estos días en donde en Inglaterra 2015 se esperan transmitir + de 20.000 horas de rugby en apenas 6 semanas.
Comos como “World Rugby”, determinó que siete países participarían de forma directa. A los locales se sumaron potencias como Australia, Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda y Francia, mientras que otros nueve países fueron invitados, formando un total de 16 naciones, entre las que destacaban Tonga, Fiji, Italia y Argentina, esta última que por ese entonces era liderada por el legendario apertura Hugo Porta, gran jugador trasandino quien dos años antes marcaba todos los puntos en el único empate de Los Pumas frente a lo oceánicos, durante una gira de los All Blacks a Argentina en 1985. Tras ese espectacular años Porta, era proclamado como el mejor jugador del mundo y el mejor sudamericano que se recuerde en el rugby.mo toda primera vez, el primer mundial se programó entre 4 paredes. La International Rugby Board, a la que hoy conoce
El 22 de mayo se jugó el partido inaugural entre Nueva Zelanda e Italia en el estadio Eden Park de Auckland, partido en que los All Blacks ganaron de forma categórica por 70-6 y donde John Kirwan, actual coach de los Auckland Blues y por ese entonces jugador del Treviso de Italia, fue la figura del partido tras despacharse un try para los de negro en donde corrió toda la cancha eludiendo rivales y que todavía agita la sangre de los que recuerdan ese mundial.
En general, el torneo fue testigo de partidos bastante disparejos, los siete miembros tradicionales de la IRB, resultaron ser demasiado fuertes para el resto de los equipos. Inglaterra, Irlanda, Escocia, Gales, Australia, Francia y los locales hicieron la tarea a placer. La mitad de los 24 partidos en los cuatro grupos vio a un equipo anotar 40 o más puntos. Los mismos 40 puntos que recibió Argentina frente a los All Blacks. Sin duda, no fue una buena copa para los argentinos, quienes lograron un sólo triunfo sobre Italia y otra merecida derrota ante Fiji, isla de Oceanía a la que subestimaron, pero que finalmente demostraría que la universilización del rugby era posible.
Nueva Zelanda fue el primer Campeón del Mundo y lo hizo de manera espectacular tras derrotar en la final a Francia por 29-9. El torneo fue visto como un gran éxito y dejo claro que la competición Mundial había llegado para quedarse, lo que también llevó a muchos países a unirse a la IRB, en una expasión del deporte que hoy en pleno 2015 suma 500.000 jugadores anuales en todo el Mundo, lo que le ha permitido a la “World Rugby” convertirse en la máxima autoridad del rugby internacional y en una de las organizaciones deportivas más influyentes del planeta.
El primer Mundial además dejó muchas cosas, entre ellas las “figuras”. Dentro de los mejores jugadores del certamen destacaron ya leyendas del rugby neocelandés como John Kirwan, Grant Fox, apertura y goleador del certamen con 126 puntos y el medio-scrum y capitán David Kirk (que tuvo el privilegio de levantar la primera Webb Ellis en disputa).
Además destacaron el apertura australiano Michael Lynagh, quien resultó el segundo anotador del mundial, y los jugadores del cuadro francés Didier Camberabero (apertura) quien consiguió apoyar cuatro tries en sus cinco presentaciones y el “Pelé del rugby”: Serge Blanco, wing que destacaba por su gran velocidad y habilidad con las piernas y recordado por el try del triunfo marcado a los “wallabies” en una de las semifinales de un evento que cambiaría al rugby para siempre.
Fuente: Revista Rugbiers