Pionero de la ovalada en Chile, Ian Campbell, de 86 años, es el mejor rugbista nacional de todos los tiempos. Desde 2012 forma parte del Salón de la Fama de la International Rugby Board (IRB), junto con su hermano Donald, quien murió en la Segunda Guerra Mundial.
Se salvó por años. Ian Campbell Mclean no recibió el llamado del ejército de Gran Bretaña en plena Segunda Guerra Mundial, porque recién cumplía los 15. Su hermano mayor, Donald (23), no corrió la misma suerte y se transformó en la primera gran pena que recuerda el ex seleccionado chileno de rugby, a sus bien cuidados 86 años. Donald murió en 1942, mientras lanzaba bombas en Berlín desde una avioneta.
La edad, sin embargo, no fue impedimento para que “Patita de Oro” (apodado así por su destreza para patear con la pierna derecha o con la izquierda) debutara a los 15 años en la primera división del rugby nacional. A los 17 ya era el capitán de la Selección, de la que fue capitán durante más de una década. Eso le permitió ser parte del primer amistoso “europeo” de los Cóndores, ante Irlanda, en 1952.
Hoy el ex apertura vive a pasos del Country Club en La Reina, el complejo del equipo de toda su vida. Y pese a que en 2012 ingresó al Salón de la Fama de la IRB, como el mejor rugbista nacional de todos los tiempos, vive con un vacío en su corazón. En 2008, su nieto Santiago Fuenzalida, también rugbista, seleccionado nacional Sub 20 y una de las grandes promesas de este deporte, falleció a los 19 años en un inesperado accidente automovilístico.
La hora del té es sagrada para Campbell. Un par de rebanadas de pan integral de plátano con mantequilla y un café con leche, son casi una ceremonia sagrada de todos los días en su departamento, en donde sus raíces escocesas se encuentran en cada rincón del hogar. “Yo soy parte de la segunda generación de mi familia. Mi padre, quien trabajaba en la Compañía Inglesa de Vapores, nació en Perú, ya que mis abuelos habían llegado para la Guerra del Pacífico en 1879”, explica.
“Mi amor por el rugby parte en mi colegio, el Saint Peter’s”, recuerda Campbell. Aunque el equipo de su vida es el PWCC, al que estuvo ligado por más de 15 años como jugador y hasta hoy como socio, el primer cuadro que defendió fue el Badminton Sports de Valparaíso (hoy llamado Sporting). “Debuté a los 15 años en primera división. Se debió a un gran éxodo de jugadores de raíces inglesas que tuvieron que partir a defender a Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial”, explica el ex rugbista.
Como es lógico, relata sus años dorados con nostalgia: “Yo era un fly (apertura) muy táctico. Me gustaba ablandar a los rivales, jugando el primer tiempo con mucho juego de mano, para después rematar en el segundo con juego de fowards. Le pegaba con las dos piernas a la pelota. Eso sí, mi debilidad era el tackle”, dice.
Lo que nunca le falló, sin embargo, fue su liderazgo. “Fui capitán a los 19 años de la selección chilena. En mi tiempo teníamos paternidad sobre Uruguay y los partidos con Argentina eran muy apretados”, destaca.
El debut ante Irlanda
En 1952, Chile jugó en la cancha del Stade Francais ante Irlanda. Campbell fue capitán y líder de los Cóndores en ese histórico día. “De ese partido recuerdo que hicimos un brillante duelo, a pesar de haber perdido 30-0”. Fue justo una década después de la muerte de su hermano. “Tuvo la mala suerte de que todos los ingleses que vivían en Sudamérica debían ir a la guerra. El murió a los 24 años mientras bombardeaba Alemania. Yo lo admiraba, era un gran rugbista, seleccionado nacional. También jugaba muy bien al cricket, fútbol y hockey césped”, recuerda la leyenda.
El 26 de mayo del año 2012, la IRB distinguió a Campbell como miembro del Salón de la Fama. También a su hermano Donald, por ser pioneros del deporte de la ovalada en Chile y responsables de su gran auge en la década del 50. “Es un tremendo honor estar con mi hermano ahí. No es fácil lograrlo. Hay dos argentinos solamente, por ejemplo. Es impresionante”, dice “Patita de Oro”.
La pérdida de su nieto
El ex apertura tiene nueve nietos, pero sólo dos de ellos se dedicaron de lleno al rugby: los primos Joaquín Rodríguez Campbell y Santiago Fuenzalida Campbell. Este último, falleció en 2008 con 19 años en un accidente de auto. A su abuelo le cuesta hablar del triste episodio. “Fue una pena enorme. El era un jugador muy entusiasta, muy completo y comprometido. Estoy seguro de que no sólo se perdió a un jugador, sino también a un futuro dirigente del rugby”, expone don Ian, con evidente incomodidad.
En la colisión que le costó la vida a Santiago, también estaba su primo Joaquín, quien describe esa fatal jornada: “Se celebraba la Teletón. Fuimos al Estadio Nacional y no pudimos entrar. Decidimos irnos a una fiesta en el Arrayán. Tipo cinco de la mañana, tomé el auto y mi primo que iba de copiloto se inclinó hacia atrás en el asiento y no se puso cinturón. En una curva se nos fue el auto y chocamos con una pared a no mucha velocidad, pero el impacto hizo que Santiago se golpeara con el airbag. Se desnucó ahí mismo”, cuenta.
“Esa misma noche le prometí que iba a ser feliz e iba a sacar a Country campeón nacional. Algo que no hacemos desde el 72′ como club”, confiesa ‘Joaco’. “Me costó mucho lidiar con mi culpabilidad. Nadie te prepara para estas cosas. Yo con él éramos como hermanos. Entramos el mismo año al Country. Lo curioso es que un mes antes del accidente, yo le dije: ‘Santi, yo podría superar con el tiempo cualquier muerte, menos la tuya'”, rememora con pena Joaquín, quien hoy juega como tercera línea en PWCC.”Gracias al apoyo de mi familia y amigos, pude poco a poco ir superando todo. En el equipo siempre decimos que no somos 15 cuando jugamos, sino que 16″.
Es la historia de los Campbell en el rugby nacional. Con una leyenda que inició el camino, otro partió y Joaquín Rodríguez, que intenta seguir el camino de su abuelo y primo, que sueña con demostrarle a su abuelo que puede parecerse al menos un poco a él. Aunque don Ian no la necesita: “Me voy a morir tranquilo. Estaré siempre orgulloso de mis nietos y de lo que hizo mi familia en el rugby chileno. Dejamos huella”.
Fuente: La Tercera