“Jugar contra Argentina es particular, pero siempre lo viví como otro test match”
Sergio Parisse, el argentino capitán de la Selección italiana que alcanzó el record de caps con la azzurra, repasó con el Diario Clarín su historia, desde su La Plata natal hasta la península.
Escuchar hablar al capitán de una selección de rugby del Seis Naciones como a un pibe de barrio de Argentina es raro. Inverosímil, sobre todo. Alguna estrella del rugby mundial de Inglaterra, de Francia o de Irlanda quizá sepa alguna palabra en castellano por vacacionar en España, pero Sergio Parisse, el capitán de Italia, aparece con su metro noventa y seis y suelta un “¿Qué tal?, ¿cómo estás?”, como si nada.
Parisse nació en La Plata en el ‘83 y vivió en Argentina pero a los 17 años ya participó de una gira con los juveniles de Italia, y a los 19 debutó en mayores de la Azzurra, convocado por el neocelandés John Kirwan. Su padre es italiano, de la ciudad de L’Aquila -destruída por un terremoto en 2009-, en Abruzzo, y lleva más de 30 años en Argentina, desde que la empresa de comunicaciones Italtel le ofreció un contrato.
“Para la gente que no conoce mi historia: mis padres son italianos, los dos. Se fueron a trabajar a Argentina y mi hermana y yo nacimos allá, en La Plata. En casa siempre hablábamos en italiano y teníamos las costumbres que tienen los tanos –cuenta Parisse-. Por eso mi decisión de jugar por Italia fue bastante simple.”
-¿Cómo llegaste al rugby?
Hice Taekwondo, tenis, cuando tenía seis años, pero no me llamaban la atención. Le pregunté a mi padre qué deporte había hecho, y me dijo: “Rugby”, y como todo hijo, quise imitar a mi padre. El no estaba de acuerdo con que jugara, me decía que era un deporte muy duro, de mucho sacrificio. A los primeros entrenamientos me llevaba mi mamá. Pero después mi pasión por el rugby me hacía pasar casi todo el día en el club, con la pelota en la mano. En mi casa había peleas con mi mamá y con mi papá porque estaba todo el día jugando a la pelota.
¿Cuánto influyó en tu formación empezar en el rugby argentino?
-Tuve muy buenos entrenadores en Universitario de La Plata, a pesar de ser un club chiquito y que no era muy conocido. Era un club donde había muy buenos jugadores, pero no eran jugadores que podían ser “seleccionables” porque era de segunda division. Era muy difícil para un chico del Universitario de La Plata llegar a Los Pumas.
En 2003, Sergio Parisse jugó su primer mundial para Italia y debutó en el ingoal contra Canadá. Dos años después también le apoyó a Los Pumas en Córdoba. Por entonces, el dueño de la camiseta número 8 –la que se calza Parisse- de Los Pumas era Gonzalo Longo.
Pasaste los 100 caps (el sábado 15 de marzo igualará el récord, con 105 partidos, del otro argentino de la selección italiana, Martín Castrogiovanni), ¿hasta dónde pensás llegar?
No sé. Cumplí 30 años hace poco, y estoy más cerca del final de mi carrera. Espero poder jugar a un buen nivel al menos 2 ó 3 años más. Después, quién sabe, quizá pueda dar una mano a la federación italiana en el sector juvenil.
-Con compañeros argentinos como Orquera, Canale, Castrogiovanni, ¿en qué hablan?
-Acá, en Italia, cuando estamos en el seleccionado, no se habla otro idioma que no sea el italiano. Es una cuestión de respeto cuando tenes el honor y la responsabilidad de jugar para Italia. Después, si estoy en la pieza, solo con Castro y no hay nadie, capaz que hablamos en castellano.
¿Qué sentís cuando jugas contra Los Pumas?
-Siempre que me puse la camiseta de Italia, nunca sentí que estaba representando a un país que no era el mío. Jugar contra Argentina fue particular, obviamente, habiendo nacido en Argentina, también habiendo empezado a jugar al rugby y a estudiar ahí. Argentina es un país en el que tengo muchos amigos; es un país que quiero mucho. Además tuve como compañeros de equipo en Stade Français a Roncero y a Hernández. Jugábamos juntos en el club y con la selección, en contra. Es un poco particular. Pero siempre lo viví tranquilo en términos de concentración, como otro test match.
¿Y tenerlos como compañeros a los argentinos en el Stade Français?
-Tuvimos la suerte de ganar el torneo francés en 2007 con Roncero, Borges, Hernández, Pichot, Corletto, todos los chicos argentinos. Fue una linda experiencia. Juan Hernández es un jugador con mucho talento, en la cancha nos entendíamos muy bien, me divertí mucho jugando con él. Le gusta asumir riesgos. Logra hacer pases o desbloquear situaciones difíciles que otro jugador no haría.
¿Qué es más fuerte: jugar todos los años el Seis Naciones o subir al podio en un mundial, como hizo Argentina en 2007 cuando obtuvo el tercer puesto?
-Conozco la emoción que fue para los jugadores que jugaron en ese mundial, porque jugábamos juntos en el club. Fue algo increíble. Personalmente creo que es un privilegio para todos poder jugar el Seis Naciones, que es un torneo muy importante. Pero a nivel emociones es difícil hacer comparaciones sobre torneos o momentos que uno no ha vivido. Yo viví el Seis Naciones, y sé que es un momento muy fuerte. Como imagino que para los jugadores de Los Pumas fue muy importante lograr un puesto así en un mundial.
-Esa generación que ganó el tercer puesto en Francia 2007, podría haber dado pelea si jugaba el Seis Naciones.
Sí, y creo que aún hoy Argentina es un equipo que podría jugar el Seis Naciones, porque tiene el nivel para jugarlo y también ganarlo. Yo siempre hablé con mucho respeto de Los Pumas porque se lo ganaron. Para ser creíble, no sólo hay que jugar bien o demostrar que un equipo tiene nivel, sino que hay que lograr resultados, y Los Pumas, en estos últimos años lo lograron contra naciones con mucha más historia. Se ganaron el respeto del rugby mundial. Hoy, que jueguen el Championship es una demostración de eso.
¿Cómo ves a Argentina en el Rugby Championship?
Yo estoy seguro de que Argentina va a lograr instalarse y conseguir buenos resultados. No estuvo lejos de hacerlo. El Cuatro Naciones es el torneo mundial más difícil. En el Championship, más allá de los resultados, Argentina debe ver esta competición como una motivación para un montón de jugadores de enfrentarse a los mejores del mundo. Italia también lo vivió en su momento, cuando empezó a jugar el Seis Naciones.
Durante muchos años tuvo más derrotas que victorias, y aún hoy, si bien mejoramos mucho -el año pasado le ganamos a Francia e Irlanda-, sigue siendo para nosotros muy difícil. Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia son superiores a los equipos del hemisferio norte.
¿Qué tienen esos equipos para ser mejores que los europeos?
La pregunta es un poco compleja. Para mí, la parte física en el rugby de hoy es muy importante. Los partidos que juegan los equipos del hemisferio sur en el Súper XV, la cantidad de tiempo efectivo que juegan en cada temporada es muy inferior al de los jugadores europeos. Tenemos muchas más competiciones, muchos más partidos entre los torneos locales y los europeos, y mucho más cansancio. Entonces el ritmo de juego baja. En el hemisferio sur, todos los jugadores del seleccionado juegan el Súper XV, que es una competición mucho más corta y más intensa que las competiciones europeas. Entonces los jugadores del sur tienen algunas ventajas a nivel físico. Después, cuando juegan las selecciones, los europeos están en condiciones mucho más “difíciles” que los jugadores del hemisferio sur.
¿Queda algún objetivo para Italia en este Seis Naciones?
En esta edición no nos fue bien con los resultados (perdieron los cuatro partidos jugados hasta ahora), pero esperamos ganarle a Inglaterra (se juega mañana, 15 de marzo), que es el único rival al que nunca le pudimos ganar en este torneo.
El rugby profesional existe en Europa desde el año 1995, y desde 2000, Italia juega el Seis Naciones, el torneo de mayor prestigio mundial.
Italia se nutre de jugadores nacidos en otros países. ¿Qué pensas de esta situación? ¿Hay jugadores que encuentran la oportunidad de jugar el Seis Naciones a través de Italia?
Sería una falta de respeto pensar que un jugador no nacido en Italia decida jugar acá sólo por tener la posibilidad de jugar un Seis Naciones. Son jugadores que pasaron muchos años acá y para ellos es también un honor jugar por Italia. Yo siempre fui de la idea de darle la prioridad a los jugadores nacidos en Italia, excepto que haya una verdadera diferencia de nivel. Creo que el objetivo de la federación Italiana es hacer crecer el nivel del rugby italiano.
El hecho que haya algunos jugadores como Luke, Mc Lean, o algún argentino que juegue para el seleccionado es una demostración de que no hay recambio de jugadores italianos jóvenes que puedan jugar a este nivel.
¿Cuáles son tus modelos de 8?
De chico me gustaba muchísimo Zinzan Brooks, un neocelandés que era capaz de hacer un poco de todo: jugar, patear. No tenía sólo cualidades físicas, sino también técnicas. Cuando fui más grande admiré mucho los números 8 con los que me reflejaba con el estilo de juego, como el francés Thomas Lièvremont.
Parisse, que hasta convierte de drop, es un 8 habilidoso, que cualquier equipo se honraría de tener en sus filas. En 2008 y 2013 estuvo nominado entre los cinco candidatos al título de jugador más valioso del año por la International Rugby Board (IRB), ese premio por el que fueron nominados Felipe Contepomi y Juan Martín Hernández en 2007. Estuvo casado con la Miss Francia 2006, Alexandra Rosenfeld, posó para Dolce&Gabbana y se quitó la ropa para el calendario Dieux du Stade (Dioses del estadio).
¿Qué hubiera sido de vos si no salías de Argentina?
No sé, si me hubiese quedado quizás hubiese decidido estudiar o trabajar. Quizás hubiese seguido jugando hasta la primera de Universitario de La Plata. Nunca me puse a pensar en realidad qué hubiera sido, pero supongo que sí, seguramente, sí hubiese seguido jugando al rugby, que es mi pasión.
Fuente: Diario Clarín, y Rugbyfun