¿Hasta qué grado un club puede prescindir de una directiva? Si hasta cierto punto podemos hacer la economía de una estructura de organización, es porque estamos en un grado primario y germinal. Inicio incompleto que al originar un desarrollo en el tiempo irá constituyendo una diversidad.
Por Tata NAVARRO
El crecimiento implica complejidad, lo que nos obliga a organizarnos en una estructura. Diversidad en edad y sexo con necesidades crecientes en equipamiento (cancha, implementación) y cuerpo técnico (entrenadores y monitores). Pasamos de un equipo dirigido en un comienzo por un entrenador a una multiplicidad de grupos. Aparece la figura de estructura: articulación de partes diversas y separadas (no aisladas ya que articuladas) en una unidad; en esta figura, la alteración de una de las partes bajo la forma de crecimiento, multiplicación, disminución, desaparición, ausencia u otra, modifica en mayor o menor medida la totalidad.
La diversidad de edad y sexo, las diferentes tareas a desarrollar por la organización, en definitiva la complejidad, como en empresas de todo tipo y en el ámbito que sea, conduce a una diferenciación originada por la división del trabajo en diferentes misiones, de manera horizontal y vertical.
La diferenciación horizontal corresponde a la forma en que las tareas realizadas se subdividen entre sus miembros en tareas rutinarias y uniformes (estandarización), o bien a la división de las tareas según el grado de conocimientos específicos que se requieren para ser realizadas (especialización).
La diferenciación vertical se asocia a los niveles jerárquicos de control y toma de decisiones en la organización.
Pero el proceso de diferenciación de una organización, tiene que ir acompañado por uno de integración, orientado a coordinar las tareas que se llevan a cabo en la organización.
Podemos distinguir cuatro factores que pueden ayudarnos a determinarnos frente a un club en cuanto a envergadura, necesidades y buen o mal funcionamiento (su estado de salud):
· Tiempo
· Edades y sexo
· Cantidad
· Espacio
Como todo organismo vivo, un club evolucionará en el tiempo y deberá luchar por su sobrevivencia. Lo ideal en este sentido debería ser ir creciendo y fortaleciéndose, hecho históricamente verificable en el lapso de tiempo que va desde el nacimiento del club hasta su actualidad; veremos que en no pocos casos hay clubes con altos y bajos, clubes estancados y otros en franca decadencia. Consideremos que un crecimiento al infinito es impensable y en ese sentido ha de haber un punto de saturación.
Las diversas categorías de edad y sexo darán cuenta de la capacidad integradora y la voluntad por afirmarse en el tiempo de un club.
La cantidad de practicantes dará cuenta del poder de seducción de un club para captar adeptos, realizando difusión o no, en medios y establecimientos educacionales.
Finalmente el espacio en el que está asentado un club para sus entrenamientos y jugar partidos, puede darnos signos sobre su grado de estabilidad y pertenencia