Individualmente, el dispositivo defensivo reposa en un pressing constante sobre el portador del balón. Cuanto más se obstaculice a este último en su progresión, en su juego, menores serán las posibilidades de que él saque un buen provecho de su accionar.
Por Géo TÉRMICO
Pero será colectivamente que el juego de defensa dará respuesta a una real estrategia. A partir de un scrum que, en la mayoría de los casos será favorable para el equipo que introduce la pelota, los equipos antagónicos a éste tienen desde hace mucho el reflejo de posicionar de antemano a sus jugadores en posición defensiva. Lo que a veces acarrea más de una sorpresa.
Una estrategia defensiva funciona mediante el posicionamiento de cortinas sucesivas, que se ubican en oposición frente a la progresión del equipo que viene en ataque.
De esta forma, en un scrum con introducción concedida, la defensa conformada por el lado abierto el apertura, los dos centros, y el wing es una defensa en línea, el otro wing destinado en un primer momento a la vigilancia del lado ciego. Esta defensa con cuatro, a la que el medio scrum vendrá a agregarse desde que el juego de movimiento comience, constituye la primera cortina defensiva. Durante el ataque adverso, este cuarteto, posicionado en línea ligeramente en diagonal (la mayoría de las veces plana e incluso invertida), debe progresar hacia el adversario para reducir al máximo su campo de juego por ende su tiempo de reflexión.
Posicionándose en intervalos regulares para ocupar de buena forma el espacio, la primera cortina deberá tratar de suprimir toda tentativa de ataque bordeando la línea de touch, evitando de esa manera un rodeo y la progresión hacia el in goal propio por esa vía. Deberá al contrario buscar atraer el ataque hacia una especie de embudo que irá poco a poco instalando gracias a los otros dos niveles defensivos.
La segunda cortina defensiva, detrás de la primera, está compuesta por los terceras líneas del pack de forwards. Entre los forwards que componen scrums y lines out, los terceras líneas son generalmente los más rápidos. Esto justifica tal empleo. Ubicada detrás de los backs que la precede, la tercera línea tiene como misión bloquear todas las tentativas de ataque que podrían filtrarse a través de la primera cortina. Es en ese momento que el tackle presenta una utilidad extrema.
La tercera cortina defensiva se sitúa claramente en retaguardia con respecto al juego. En principio está compuesta por el fullback y el wing del lado ciego que estará replegado mientras el juego se ha desplazado hacia el lado abierto. El rol de esta tercera cortina es de reducir a cero las posibles acciones que habrían podido desarrollarse hasta él, pero en especial su repliegue con respecto al juego debe permitirle disuadir al adversario de utilizar kicks de ataque y de facilitar, en el caso dado, la recuperación de cualquier balón impulsado con el pie.
Fuente: Notas de Rugby