La línea de ventaja no está trazada en la cancha. Es una línea ficticia y de interés puramente táctico. Se la define perpendicular a la línea de touch y pasando por el balón en el lugar donde debe ser puesto en juego. En un scrum atraviesa el túnel y en el line, separa ambas hileras.
Por Géo TÉRMICO
¿Por qué existe esta línea? Como ya se ha visto, las fases de conquista obligan a los jugadores de ambos equipos a adoptar un posicionamiento bien particular con respecto a la pelota, esto hasta que termine el desarrollo de la fase dada.
Cuando una pelota es puesta en juego, sea en un lineout, un scrum o en un agrupado, es sobre esta línea que llamamos línea de ventaja que el balón es disputado. Lograr que el balón franquee esta línea significa ganar una ventaja territorial.
Pero en toda fase de conquista, cuando el balón es controlado en esta línea de ventaja (por el hooker, el saltador, el jugador que provoca el ruck o el maul), la verdadera recuperación del balón se efectúa muy a menudo más atrás de esta línea, es decir saliendo del scrum o una vez finalizado el line. Se acompaña automáticamente con un retroceso con respecto a la línea de ventaja, por lo tanto con una pérdida de territorio y que se acentúa aún más si el equipo en posesión de la pelota decide efectuar pases sucesivos para relanzar su juego.
En conclusión, cuando un equipo parte buscando una progresión, y esto es lo único que puede interesarle, debe, si lo hace de forma colectiva apoyándose en un juego de pases, aceptar de retroceder antes de esperar avanzar. Es la paradoja fundamental del rugby.
Por supuesto, más allá de esta ley teórica, la sutileza del juego ofrece numerosos recursos para contrarrestar esta pérdida relativa de territorio. Mediante un kick, una penetración, este desnivel debería ser rápidamente compensado. Pero admitamos que, esquemáticamente, un equipo que decide lanzar un ataque a la mano deberá considerar la pérdida de un metro antes de ganar dos.
Tácticamente el asunto es saber cuándo y cómo, de qué manera debe ser franqueada esta línea de ventaja que representa la línea de oposición entre los dos equipos. ¿Qué parte del territorio debemos aceptar de conceder o no conceder para continuar nuestra progresión hacia adelante en el juego?
Todo depende en primer lugar de la posición que se ocupe. No será el mismo lanzamiento de ataque si nos encontramos en los 22 metros adversos o en su propia mitad de terreno. Cada situación tiene su propia estrategia de ataque y en ese dominio hay todo un abanico de posibilidades.
La primera idea que se viene a la cabeza para ganar rápidamente territorio, consiste en evitar el juego de pases enviando el balón hacia adelante mediante una patada. Si el objetivo buscado es lograr un line lejos de sus bases o se trata de un drop, ahí la patada cobra todo su interés. Pero, en muchos otros casos, va a transformarse en una perdida inmediata de la posesión de la pelota ya que ésta será recuperada, sea por los centros, sea por el full back de los adversarios.
La segunda solución que se presenta al equipo que viene de obtener el balón es una progresión en potencia mediante los forwards. Dos ventajas en esta opción. Por un lado, la pérdida territorial con respecto a la línea de ventaja es mínima ya que el ataque es gatillado en la continuidad de la fase de conquista. Y por otro lado, el equipo atacante continúa en posesión de la pelota. El único inconveniente y no menor en esta táctica es desaprovechar todo el potencial ofensivo de los tres cuartos que no estarán involucrados en la acción. Algunos partidos que calificamos y con justicia partidos de forwards presentan este tipo de movimientos en abundancia. Al privar a los backs y al full back de pelotas, estaremos lejos de producir un juego espectacular y tónico. Queda la confrontación entre dos packs que, si puede ser brillante gracias a la potencia y el derroche de energía, no dará jamás como resultante esa magia necesaria que hace que un partido sea entretenido y excitante.
La tercera solución es abrir el juego a los backs. Privilegia el pase y permite mayor participación de todo el equipo en el accionar. Podemos oponer a esta decisión de ataque los riesgos que ocasionan la pérdida territorial que va a implicar su puesta en juego. Veremos que, en la realización de la acción, estos riesgos son mínimos y que no tienen que ver con la acción colectiva misma, sino más bien con la técnica individual de cada uno, la que debe ser perfecta.
Fuente: Notas de rugby