Home / Amigos / El rugby en Australia es más bien marginal

El rugby en Australia es más bien marginal

carteNRL

Dominador en Nueva Zelandia, el rugby es, en Australia, un enano. ¿Qué país llega a la cima en un arte que desdeña? Imaginemos una Alemania que hiciese caso omiso de la sinfonía, una Italia que despreciase el bel canto, una América descuidando el western, una Francia a la que los placeres de la mesa ya no entusiasman.

Por Tata NAVARRO

Pues bien, es el caso de Australia frente al quince victorioso en la Copa del Mundo, realizado en Twickenham, Inglaterra, en noviembre de 1991.
No es que el juego a XV no haya hecho su instauración al mismo tiempo que en otras tierras anglófonas, hacia 1860, antes de tomar las riendas J.-C. Calvert, un gran manager salido de Oxford. Pero lo que ocurre es que a un australiano a quien el visitante le hablase de footie no pensará antes que nada de que se trata del juego inventado en el Warwickshire, sino más bien del juego profesional a trece, que, desde 1930, reúne no solamente al mayor número de jugadores, y que al mismo tiempo maneja sumas considerables, monopolizando al mismo tiempo los medios de comunicación. ¿No se trata del trece? Usted se interesa entonces por el deporte llamado Australian Rules, mezcla barroca de rugby y de basquetbol…

¿Pero entonces qué hay del juego a XV? El retorno al país de un equipo como el que obtuvo la Copa del Mundo en 1991, con jugadores tan fabulosos como Nick Farr-Jones, Michaël Lynagh y sobre todo David Campese, duende batallador e inspirado, con el record mundial de tries marcados en un partido internacional, habría con toda certeza movilizado las multitudes en Londres, en París o en Aukland. En Sydney, el recibimiento brindado a estos marginales de lujo, fue más bien cordial.
Pequeño público para un gran equipo
En efecto, el juego amateur interesa poco a las multitudes de Sydney, o de Melbourne, no ha penetrado para nada en el bush interior. Ni popular, ni rural, deberá contentarse con gustarle a los burgueses acomodados de Canberra o de Brisbane. Débil base sociológica, recursos mediocres, cobertura de prensa prácticamente inexistente: equivalente a la situación del hándbol o de la gimnasia en Chile.
Durante largos años, el equipo “amarillo y verde” de la isla-continente será apreciado por una velocidad algo desordenada, sus cualidades atléticas, su aptitud para el galope, para el salto, un aliento infatigable, una juventud incansable. ¿Pero en qué se podrían comparar con sus vecinos All Blacks, o con los Springboks de África?
Hoy en día, aquellos que se denominan Wallabies, nombre de un pequeño canguro, han llegado a ser maestros. Comparados con sus rivales -la imponente escuadra negra de Nueva Zelandia, los fornidos campeones del Transvaal, la pesada máquina inglesa-, los jugadores de Queensland parecen sobrevolar los partidos con sus corridas relanzadas una y otra vez.
Frente a una versión demasiado fabricada, demasiado cerrada del rugby, ellos aportan a partir de fines del siglo antepasado un sentido del ritmo y del impulso que ha soplado con toda la frescura de un gran viento, venido desde el ancho mar.
Fuente: Notas de rugby

Check Also

CHARLAS ABIERTAS RUGBY DE MENORES

La ARRV extiende una cordial invitación a todos los interesados en participar en el segundo ...

CALENDARIO CHILERUGBY

Estimados amigos, publicamos el calendario de actividades de la federación de rugby de Chile para ...

Agregar un comentario